Vicente Rubio era falangista de primera hora. Militar de carrera, se convertió en jefe de la Policía Municipal de Santurce, por su experiencia en seguridad.
Aquel 9 de diciembre de 1978, se encontraba charlando en el bar “Zarza” de Santurce, con un amigo, cuando un etarra encapuchado entró y les disparó a quemarropa, huyendo en un vehículo junto a su cómplice. Vicente Rubio moría dejando una viuda y ocho hijos, y su compañero quedaba malherido en el suelo.
No fue hasta 2005 cuando recibió el homenaje póstumo del ayuntamiento de Baracaldo. En Santurce, gobernado por el PNV, aún no se le ha rendido homenaje.
Vicente Rubio se convertía en la primera víctima de ETA tras ser aprobada de la Constitución de 1978, que nacía con las manos manchadas de sangre.
¡Vicente Rubio, gracias por tu ejemplo!