El paquete de medidas económicas aprobado por el Consejo Europeo ha venido rodeado de un halo de misterio y esperanza. Los burócratas de Bruselas, y los propios gobernantes españoles se han encargado de ir preparando el camino para que el pueblo español asuma como propia la necesidad de solicitar grandes préstamos a nuestros vecinos.
Resulta lamentable la actitud triunfalista del presidente del Gobierno, quien ha instrumentalizado la muerte de más de 50.000 españoles para equilibrar su balanza de pagos.
La Comisión Europea ha aprobado un paquete de 750.000 millones de euros de los que España recibirá 140.000 millones (un 10% del PIB nacional). Casi la mitad, 72.700 serán a fondo perdido, y el resto serán préstamos destinados fundamentalmente a empresas. Pero esta lluvia de millones no resultará gratis. Por ello desde Falange Española de las JONS denunciamos la contrapartida:
· Reforma laboral: La abolición de la reforma laboral de 2012 que anunció el gobierno a bombo y platillo no servirá sino para allanar el camino a una nueva reforma laboral, contextualizada en la “emergencia social”, y que será más dura y restrictiva que la anterior.
· Austeridad: Bruselas exigirá al gobierno español políticas de austeridad que supondrán la paralización de algunos sectores productivos del país.
· Endeudamiento: Los españoles deberemos pagar los préstamos concedidos por Bruselas, con los correspondientes intereses.
· Subida de impuestos: Resulta más que previsible la subida de impuestos como el IVA, que puede llegar al 23%, al 12% y al 6% en sus diferentes modalidades, subida del IRPF y del Impuesto de Sociedades para las empresas.
· Congelación de salarios y pensiones: Las políticas de austeridad implicarán una congelación de salarios y pensiones para evitar el endeudamiento de las arcas públicas.
· Creación de burbujas económicas: Los gobiernos europeos han forzado la crisis financiera del coronavirus para reconvertir la economía frente al gigante asiático. Parte de los préstamos serán destinados a programas de digitalización, transición ecológica y eficiencia energética. Pero el modelo de comercio tradicional, el pequeño taller y los trabajadores autónomos y pequeñas empresas familiares serán las grandes olvidadas, o en el mejor de los casos se repartirán las últimas migajas del pastel.
Los falangistas denunciamos que España está en este punto de ir por Europa de puerta en puerta haciendo de pedigüeño porque los grandes partidos parlamentarios se han encargado de arruinar el sistema productivo del país. La Unión Europea nos ha condenado a ser un país receptor de turistas, desarticulando nuestra pesca, industria y minería.
Por otro lado, el levado gasto del país proviene de su gigantesca estructura político-administrativa, que despilfarra una gran cantidad de recursos que podrían haber ido destinados a educación, sanidad, justicia o servicios sociales.
La nueva normalidad ha venido del brazo de la “nueva economía”, aquella en la que “los mercados”, aquellos milmillonarios a los que ha acudido la Unión Europea para financiarse, dicten las pautas que debemos seguir.
España ha sido hipotecada, y los responsables de este desastre, deberían pedir perdón de rodillas por haber hipotecado nuestro futuro.