Se cumplen 34 años de aquel frío 7 de octubre de 1980. Carlos García había sido sindicalista en la fábrica de Orbea hasta 1965, año en que comenzó a regentar un sencillo estanco. El entorno etarra le había acosado de mil maneras diferentes: le incendiaron dos veces el coche, le hacían pintadas amenazantes, y el propio estanco que le vería morir también fue pasto de las llamas.
El mismo día que traspasaban el negocio para irse definitivamente de aquel Austwitz batasuno, dos pistoleros entraron en el estanco y le dispararon a quemarropa, ante la atónita mirada de su esposa y de la persona que iba a regentar el negocio.
Hubo que esperar 28 años para que el ayuntamiento de Eibar le rindiera homenaje. Uno de sus asesinos, el despreciable Apolinar Bilbao Inzunza, campa a sus anchas y es funcionario con plaza de perfil lingüistico en el Ayuntamiento de Guecho, habiendo concurrió además, a las elecciones municipales de 2007 por ANV, en esa misma localidad.
Desde Falange Española de las JONS enviamos un fuerte abrazo a la familia de nuestro camarada Carlos García, que siempre estará presente en nuestros corazones.
Falange Española de las JONS