Como denunciamos los falangistas desde el principio, los dirigentes de Podemos son parte de la casta política y del Sistema incluso mucho antes de su entrada en las instituciones. No vienen a gobernar para la gente, sino a servir a los intereses de las élites mundialistas. Sus preocupaciones por la ideología de género, el adoctrinamiento LGTB y la regularización masiva de la inmigración ilegal así lo delatan. Quien comparte las mismas reivindicaciones que los grandes bancos, las empresas transnacionales, las plataformas de contenidos de entretenimiento y demás grupos de poder, no es ni puede ser un adalid de la justicia social.
El patriotismo fiscal de Podemos
Una de las grandes reivindicaciones del vicepresidente Pablo Iglesias hasta hace bien poco era un impuesto especial para los ricos apelando al patriotismo fiscal. Como con otras declaraciones, esa medida concreta parece haber quedado aparcada porque desde el Partido Socialista no estaban muy interesados. Pero en Unidas Podemos no están dispuestos a renunciar a su papel de chicos malos en la coalición progre; y ha sido su portavoz Pablo Echenique quien ha vuelto a sacar el tema diciendo que harán todo lo posible por convencer a los socialistas, como si éstos no supieran ya de qué va el asunto y hayan dejado claro que no les interesa.
La comodidad de los cargos acarrea, entre otras cosas, que un partido con amagos histriónicos y demagógicos como Podemos los aparque aunque su socio de Gobierno haga señales a un partido neoliberal como Ciudadanos, sobre el cual han dicho muchas cosas y ninguna positiva. Por ahora les queda la opción de no abandonar el tema con declaraciones ante los medios para que su electorado crea que de verdad se preocupan por que las rentas pudientes paguen más impuestos; no olvidemos que, dada la incertidumbre actual, no sabemos con garantías hasta cuándo se mantendrá el actual Gobierno y, de volver a convocarse elecciones generales, necesitarán un relato creíble con el que aprovecharse otra vez de sus votantes.