La corrupción política no es patrimonio exclusivo del liberalismo. Y así lo demuestra la muy conocida alcaldesa de Manilva, Antonia Muñoz, que saltó a la fama por otorgar un sueldo municipal a su hija sin que ésta tuviera que ir nunca a trabajar, y que se ha puesto de nuevo en el punto de mira de la Justicia.
La Guardia Civil investiga el desvío de 3,2 millones de euros a varias sociedades dirigidas por cargos de Izquierda Unida en Andalucía. Una de ellas, la Sociedad de Comunicación Social de Manilva S.L. es la que más dinero ha recibido del Ayuntamiento. Lo mas “curioso” del caso es que esta empresa, pasó de recibir 107.618,59 euros en 2007, el año que Muñoz accedió a la alcaldía, a cantidades cinco veces superior en los años siguientes, por servicios de dudosa naturaleza.
De la financiación irregular de IU en Andalucía, no todo se sabe a pesar de estar implicada en la trama de los ERE. Sin embargo, Manilva es la punta del iceberg: los 17 miembros de la lista de Izquierda Unida y 57 familiares directos o políticos tienen contratos municipales en una localidad de 15.000 habitantes. Eso huele mal. Que el erario muncipal “subvencione” de forma difusa empresas de sendos comunistas, apesta también.
Socialistas, comunistas, separatistas o liberales. Igual da. La corrupción es el medio natural en que viven los partidos políticos, que son entidades privadas movidas por espúreos intereses particulares. Ha llegado el momento de que se elimine la financiación pública de los partidos, sindicatos, confederaciones empresariales y fundaciones, cuya única consecuencia son el enchufismo y el clientelismo político. Mientras se empobrece a los españoles de a pie cada vez más. Va siendo hora también de que la la Justicia inicie una profunda investigación sobre toda la financiación de partidos políticos: Filesa, Gürtel, Pallerols, Palma Arena, Noos, Manilva… Curiosamente, Falange Española de las JONS, a quienes se nos achacan todos los males del pasado, presente y futuro, jamás ha estado implicada en tramas de este tipo. Nuestros concejales entre los que destacan destacan Aranjuez (Madrid), Ardales (Málaga), Barruelo de Santullán (Palencia), Boadilla del Camino (Palencia), Los Corrales de Buelna (Cantabria), Crevillente (Alicante), Fuentelahiguera (Guadalajara), Hoyo de Pinares (Ávila), Mairena del Alcor (Sevilla), Miguelturra (Ciudad Real), Nava de Arévalo (Ávila), Quero (Toledo), Santoña (Cantabria), Valle de Finolledo (León), Villán de Tordesillas (Valladolid) o Villodrigo (Palencia), jamás se han visto implicando en este tipo de escándalos, dando ejemplo de servicio a la comunidad. El pueblo español merece un saneamiento de la vida pública española. Y la dignidad de España también.
