La decisión de Donald Trump de poner en marcha la medida aprobada en su día por la Administración Clinton y aplazada hasta ahora, de llevar la embajada de EEUU a Jerusalén (Al Quds) es una auténtica provocación al pueblo palestino, al mundo árabe y a la conciencia universal.
Con esta medida, los dirigentes yanquis y sionistas eran conscientes de que iniciaban un nuevo derramamiento de sangre, de que incendiaban una vez más Oriente Medio, de que se daba un paso más en el sufrimiento de todo un pueblo a manos de una casta genocida, en medio de la complacencia y la complicidad silenciosa del mundo, de la ONU y todas las instancias internacionales.
Ya son demasiadas décadas soportando la injusticia histórica con un pueblo al que le han arrebatado todo menos la dignidad. Un pueblo heroico y luchador que nunca se ha rendido. Un pueblo que ha soportado la ocupación de su tierra, la destrucción de sus pueblos y ciudades, el expolio cultural, la limpieza étnica, la represión continuada, el apartheid, el bloqueo económico, social, cultural, laboral, los niños en las cárceles, las mujeres maltratadas por militares desquiciados, la colonización y los crímenes continuados de los colonizadores fanáticos, las violaciones de los más elementales derechos, las torturas y ejecuciones, la destrucción de viviendas o tierras de labor, los bombardeos sobre Gaza, el bloqueo de la ayuda humanitaria, la permanente agresión a los pueblos vecinos,…
Como falangistas pensamos que no debemos seguir soportando ese bochornoso espectáculo, que ya son muchos años de sufrimiento, que no debemos mantener un minuto más ninguna complacencia con los genocidas israelíes, que el Estado sionista no es una democracia, ni es un Estado legítimo de origen, ni lo ha sido de ejercicio en todos estos años. Es solo un entramado de poder criminal amparado por los Estados Unidos.
Como falangistas sabemos que son muchos los años que llevamos denunciando esta situación, que ya no valen más declaraciones, que no se puede seguir burlando Occidente de todo un pueblo manteniendo relaciones privilegiadas con un Estado genocida.
Como falangistas creemos que los ciudadanos españoles deben forzar a sus políticos al INMEDIATO RECONOCIMIENTO DEL ESTADO PALESTINO CON CAPITAL EN JERUSALÉN; llamar a nuestro embajador a consultas por la represión ejercida contra el pueblo palestino; cancelar todo acuerdo preferencial con el Estado sionista, tanto a nivel nacional como en la Unión Europea; generalizar la campaña de boicot a los productos israelíes, iniciar e impulsar los procedimientos judiciales contra los cabecillas sionistas y cancelar toda colaboración con sus instituciones.
Solo entonces podremos decir que la solidaridad con Palestina es real y no una monserga para quedar bien en el hipócrita mundo del humanitarismo globalista.
Falange Española de las JONS