A medida que parece quedar atrás la crisis sanitaria, los gobernantes retoman la agenda ideológica interrumpida por la irrupción del coronavirus. Durante la última semana les hemos vuelto a ver protagonizando debates en el Congreso con alusiones a la memoria histórica o la ideología de género. Incluso el comentario de un diputado sobre posibles cacheos a la entrada de la cámara ha generado más controversia que la opacidad institucional respecto a las últimas cifras de contagiados y fallecidos. Si a eso le añadimos la despreocupada actitud de parte de la población, ansiosa por recuperar sus hábitos de ocio o por planificar sus vacaciones, cualquiera diría que lo peor ya ha pasado y estamos a salvo de la epidemia.
Los falangistas tenemos muy claro que España debe retomar la actividad para salvar las economías domésticas. Con o sin pandemia, era prioritario recuperar sectores productivos desmantelados por los diferentes gobiernos populares y socialistas desde hace décadas. Esta actividad, sin duda, debe retomarse con todas las garantías necesarias para prevenir futuros contagios. Y para ello resultará fundamental que a la Sanidad pública no se le racaneen medios de ningún tipo, ya sean materiales o humanos. El sector sanitario ha cumplido en la medida de sus posibilidades durante todos estos meses de confinamiento. Ahora es el momento de apostar por afrontar sus problemas y dignificar la labor de sus trabajadores.
El Estado desembolsa anualmente cantidades indecentes de dinero público en subvenciones para los partidos parlamentarios y diversas mamandurrias para los cargos públicos. Es una obligación moral sustituir esos gastos inútiles por una mayor inversión en la Sanidad pública, especialmente ante la amenaza de sufrir rebrotes en los próximos meses. Los representantes del Gobierno de coalición progre ya mintieron cuando aseguraron que nadie sabía lo que estaba por venir; ahora, en cambio, no hay excusas que valgan. Tal vez a sus acólitos puedan volverlos a engañar bajo la justificación de los recortes del Partido Popular, a pesar de que Pedro Sánchez lleva dos años al frente de la Presidencia del Gobierno, y no haya tomado medidas para enmendarlo, pero ni siquiera eso les serviría ante un nuevo rebrote que dejara otra vez al aire todas las vergüenzas del sistema sanitario español.
Desde Falange Española de las JONS compartimos las reivindicaciones de los sanitarios exigiendo unas mejores condiciones para sus puestos de trabajo. Está en juego nuestra salud y nuestras vidas. ¡Ahora, más que nunca, todos con la Sanidad pública!
