El Tribunal Supremo, en colaboración con la Generalitat de Cataluña, envía a prisión a los acusados por el escrache a la librería Blanquerna, en 2013. Luchar contra el separatismo sale muy caro en España.
Falange Española de las JONS quiere expresar su repulsa ante esta sentencia política, que busca criminalizar a los ciudadanos que luchan por la Unidad de España y contra el separatismo. Por ello hacemos público este comunicado, junto con nuestro compromiso de seguir plantándole cara a los que quieren destruir la convivencia entre los españoles:
La doble vara de medir de la ¿Justicia? española
Hace unas horas que se hizo pública la sentencia del Tribunal Supremo por la que se condena a quienes participaron en el “escrache” realizado en 2013 en un acto separatista en la librería Blanquerna a penas muy severas que rondan los cuatro años de prisión.
Desde Falange Española de las JONS no podemos sino sorprendernos y condenar el hecho de que un acto de ese tipo, en el que no se agredió a nadie y en el que se gritaron consignas del tipo de “no nos engañan, Cataluña es España”, sea castigado con penas tan desproporcionadas y superiores a las de otros delitos, especialmente cuando actos similares protagonizados por personas de izquierdas o por separatistas gozan de la más absoluta impunidad (como el asalto a la capilla de la Universidad Complutense por parte de Rita Maestre y sus secuaces, la quema de banderas de España, las interrupciones de actos políticos falangistas o de otras organizaciones no izquierdistas ni separatistas, etc.).
Además de esta gran desproporción de las penas, que es de entrada lo más llamativo, desde FEJONS queremos denunciar otros tres aspectos que creemos que deben ser tenidos en cuenta:
3 aspectos de la sentencia que queremos denunciar:
- Esta sentencia introduce un agravante por odio ideológico que, sin embargo, en otros casos se ha considerado como atenuante e incluso eximente, al entender que la ideología del protagonista (por ejemplo, Rita Maestre) demostraba que sólo se trataba de ejercer el derecho a la libertad de expresión de la misma. Empero, en este caso se utiliza justamente en sentido contrario, para demostrar el supuesto odio de los protagonistas hacia los afectados por su acción. Es decir: tener ideas de izquierdas o separatistas da carta blanca para hacer casi cualquier cosa en base a la libertad de expresión, pero si las ideas del acusado son otras (por ejemplo, las falangistas), la conclusión es que tales ideas sólo demuestran que se actúa por odio ideológico… ¡Curioso, arbitrario e inadmisible criterio que discrimina de forma vergonzosa a unas personas frente a otras según cuál sea su ideología! Esto evidentemente viola los más elementales principios del Derecho y cualquier tribunal digno de tal nombre se negaría a aplicarlo de esta manera, pero dada la evidente politización del Tribunal Constitucional, es poco probable que el previsible Recurso de Amparo de los condenados sea estimado, como sin duda el más elemental criterio de justicia exige.
- Dado que la politización de la Justicia en España es tan evidente que apenas exige esfuerzo su demostración, sobre todo en niveles tan altos como el del Tribunal Supremo, no deja de resultar curioso que esta sentencia coincida en el tiempo con las negociaciones que está protagonizando el Gobierno del PP con los separatistas de la Generalidad de Cataluña. ¡Pareciera que esta ejemplarizante sentencia fuera un trofeo ofrecido a los separatistas como gesto de buena voluntad! Y ello mientras los verdaderos delincuentes, como la familia Pujol, siguen impunemente en la calle…
- También conviene recordar que uno de los magistrados que firma la sentencia, Luciano Varela Castro (miembro histórico de la izquierdista asociación “Jueces para la democracia”), es un viejo conocido de los falangistas, ya que fue quien con malas artes procesales se las ingenió como instructor para expulsar en su día a FEJONS del procedimiento seguido contra el juez prevaricador Baltasar Garzón por su intento de criminalizar a los falangistas apoyándose en la conocida “Ley de Memoria Histórica”. Su animadversión hacia los falangistas es tan notoria que no entendemos (en realidad lo entendemos perfectamente) cómo no ha tenido el gesto de dignidad de abstenerse en la causa.
En definitiva, desde FEJONS nos parece que esta sentencia es un verdadero atropello y una indignidad para la Justicia. Quienes utilizan el poder de sus togas para discriminar a las personas según su ideología hoy condenan a prisión a estas personas y mañana pueden hacer lo mismo con cualquier otra, por lo que los falangistas no podemos sino denunciarlo, conscientes de que nosotros seremos siempre de los más perjudicados por esta forma de impartir ¿Justicia?