Esta tarde se ha escenificado en el Parlamento español un nuevo fracaso de la democracia de partidos que nos viene gobernando desde 1978. El candidato más votado (y que no olvidemos superó timidamente sus resultados en un intervalo de seis meses) no ilusiona. Mariano Rajoy sigue soportando la pesada carga de su falta de carisma con la ausencia (y esto es lo más grave) de un proyecto nacional y social que aglutine a todos los españoles. Las últimas legislaturas de gobierno de la derechona española solo ha servido para apuntalar el nuevo orden que se avecina (una gran federación de naciones europeas que esquilman los ahorros de los europeos) y una corrupción que, sin ser nueva, no ha sido debidamente perseguida.
En el otro extremo del hemiciclo hemos asistido impávidos a la caricatura de líder político en que se ha convertido a sí mismo Pedro Sánchez, quien lleva varios meses dando la razón a quienes anunciaron su cargo en el PSOE por meras cuestiones estéticas. En el partido socialista todo es cáscara, todo es un burdo ejercicio de artificios y de mercadotecnia que ya no produce otro efecto que no sea el hartazgo y la crispación.
En medio de este debate de investidura han salido los mamporreros de unos y otros, que han venido a apuntalar un caduco sistema político, que ha nadie representa, y que sin embargo empobrece a todo el pueblo español.
Desde Falange Española de las JONS lamentamos el espectáculo internacional que nuestro país está generando, y que sitúa a nuestra nación en la más oprobiosa de las situaciones. No sabemos si iremos a unas terceras elecciones. Nos dá igual. son las reglas de su juego, las mismas que pagan sus campañas electorales con el dinero de todos los españoles. Por ello, porque no creemos en su sistema, nonos rasgamos las vestiduras por ir a nuevos comicios por enésima vez. Solo servirán para demostrar una vez más, que la soberanía popular sigue secuestrada por la capacidad económica y el antojo particular de los partidos polítticos parlamentarios, a los que no les importa nada la deriva de la nación ni el bienestar del pueblo español.