Los falangistas queremos estar al lado de las familias de los mineros de León que han fallecido en trágico accidente en la jornada del pasado 29 de octubre. Rápidamente políticos y sindicalistas han acudido al funeral (donde algunos han sido increpados) para retratarse.
La España real, la España que sufre para llegar a final de mes, la España silenciosa que trabaja y arriesga su vida para llevar el pan a casa es la España encarnada en los agotados ojos de los mineros. Aquellos, que dan su vida por sus familias y compatriotas, con escasas medidas de seguridad, en un sector en recesión, mientras políticos y sindicalistas se llenan los bolsillos con ayudas y subvenciones.
Los falangistas, que contamos con mineros en nuestras filas, sabemos de la dureza de la mina, de la angustia de sus huelgas y de la tristeza de sus ausencias. Por ello sentimos el sacrificio de los mineros leoneses, al tiempo que nos solidarizamos con los mineros de Palencia, de Asturias, de Teruel, de Ciudad Real, de Córdoba, en la esperanza de que no haya ni un solo minero muerto más.
