Ante los escándalos de corrupción del PP, tantos que son imposibles de enumerar (Gurtel, Noós, Camps, Palma Arena…) muchos ciudadanos especulan con la posibilidad de que en las próximas Elecciones Generales resurja el PSOE como opción política.
Es deber de los falangistas recordar que estos días el Partido Socialista debe lidiar con sendas polémicas, pues a los casos de corrupción que les persiguen casi desde su fundación, se une el escándalo que ha supuesto que un acosador sexual confeso y condenado haya apoyado la investidura de su candidato en la alcaldía de Ponferrada.
Aún hay más, hoy mismo el inefable exministro José Blanco, ha declarado que no va a renunciar a su escaño. Un tipo sin ninguna habilidad especial conocida por la que haya sido nombrado ministro, acusado formalmente de tráfico de influencias, malversación y corrupción vinculada al ladrillazo, ha insultado a todo el pueblo español, especialmente a los más débiles, los deshauciados y víctimas de la crisis, al regocijarse en el delito y no mostrar signos de arrepentimiento.
Cuando preguntan a los falangistas si hay opción en la oposición, la respuesta es ¡NO!
Frente a la corrupción del PP sólo pueden enfrentar los hijos del sistema la corrupción del PSOE, más grave aún en cuanto a la primera, pues utiliza el nombre y los recursos de los obreros y trabajadores a los que dicen defender, para espúreos intereses partidistas.
¡Basta ya de estafas políticas!
¡Basta ya de engaños!
¡La única alternativa es desmontar el Estado de las Autonomías y gobernar para el indefenso y maltratado pueblo español!