Todo el mundo sabe que el ex-presidente Zapatero ha sido el más nefasto presidente de la historia democrática de España, que dejó a su economía en ruinas, dio alas al separatismo pactando con ETA, dividió a los españoles, retrotrajo su memoria a los odios guerracivilistas. El infame José Luis Rodríguez Zapatero fue una ruina para el PSOE, para España y para los españoles.
Desde su puesto de consejero de Estado, ha decidido embarcarse en las relaciones diplomáticas de “dictaduras afines”. Así por ejemplo su viaje junto con Moratinos y José Bono a Guinea Ecuatorial, para saludar al dictador Obiang, o su anterior viaje a la Cuba castrista, para finalizar con su viaje a Marruecos, donde el torturador de saharauis Mohamed VI, quien reivindica la soberanía marroquí sobre Ceuta y Melilla, le ha recibido con los brazos abiertos.
La antiespaña está encarnada en Zapatero: un ser que pese a ser lelo y nauseabundo, aun puede protagonizar algunas extrañas operaciones con las que el PSOE gusta ganar las elecciones.