Hasta hace pocos años, España se beneficiaba de uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, realizado gracias al esfuerzo de varias generaciones de españoles desde su implantación por el General Primo de Rivera durante la década de los veinte.
Los años del pelotazo urbanístico han pasado factura: así las grandes sangrías económicas que PP y PSOE han financiado ciegamente, se han cargado en los bolsillos de los españoles y en las cajas de caudales destinadas a pagar la Educación y la Sanidad.
Nuestros fraudulentos políticos están financiando la quiebra bancaria y de las grandes empresas a costa de los servicios sanitarios y educativos, con especial virulencia en aquellas autonomías donde gobierna el PP o PSOE.
Los españoles no necesitan autonomías que financien a grandes constructoras y bancos: los españoles necesitan una única Sanidad, que tenga capacidad de maniobra y que sea común a todo el pueblo español.
Y los españoles no necesitan que su sanidad sea privada, y cuya propiedad corra a cargo de los grandes exconsejeros autonómicos que haran, sin duda alguna, pingües beneficios.
Lo que los españoles necesitan es un sistema de Salud único, igualitario, eficiente y humanitario, con una gestión acorde a su importancia social.
Es triste ver como una generación de políticos corruptos ha puesto contra las cuerdas un país modélico en asistencia social. Un Estado que desatiende a sus ciudadanos, es un Estado sin futuro.