Todos los años por estas fechas, saltan las alarmas por la presencia de diferentes tipos de sustancias estupefacientes presentes en las zonas turísticas españolas que reciben mayor afluencia de extranjeros, fundamentalmente alemanes y británicos jóvenes que exprimen con alcohol, drogas, sexo y violencia, y otras aberraciones sus vacaciones. Ibiza, Benidorm, Magaluf, Denia, Torrevieja… la lista de lugares es amplia.
Este turismo “low cost”, se ha generado a través de la alianza entre touroperadores europeos y hosteleros españoles, que simplemente llevan a cabo el modelo turístico que sobre el papel nos ha asignado la Unión Europea.
Bruselas ha desmantelado nuestras fábricas y amarrado nuestros pesqueros, obligándonos a ser el paraíso vacacional de los centroeuropeos de tal manera, que los españoles debemos soportar cualquier aberración por el simple hecho de que su dinero es nuestro sustento. Los vecinos no tienen por qué convivir con un turismo de baja calidad, que les impide hacer su vida normal, creando inseguridad, escándalo público y delincuencia.
España, que atesora un rico patrimonio cultural y natural, una gran historia y un espectacular folklore, no puede mendigar el turismo nauseabundo que demandan los europeos. Debemos establecer políticas para transformar el lamentable modelo actual en un turismo de calidad. Nuestro futuro depende de ello.
Falange Española de las JONS