Aunque las tesis separatistas no se sostienen por sí mismas, los falangistas creemos que es más peligroso el titubeo ante la segregación que el propio separatismo, porque la inacción le da alas para alcanzar sus objtivos.
España sin Cataluña no es España, deja de ser un todo para convertirse en un agregado de paisajes, gentes y climas de gran diversidad, pero carente de un proyecto histórico de futuro. Por ello de la ruptura entre esta región y el resto de regiones, no sólo perdería la gran nación española, sino también la región catalana. Y perdería, porque dejaría de tener la esencia española que la singularizó en la Historia de España y del mundo, para reducirse a ese agregado de personas e instituciones artificialmente creadas. Y es que la Cataluña de Mas dista mucho de ser la de Companys, quien no tuvo que hacer frente a la gran diversidad cultural que ha traído la alta cota de inmigración, que en muchas zonas de Cataluña supone un problema de convivencia.
Por ello no seremos los falangistas quienes separemos a los separadores. Nuestro discurso no es el discurso oído a muchos seguidores del PP que dicen “levantar un muro” o “tejer una alambrada”. Son tan culpables de asesinar a España unos como otros, separatistas y separadores. Los falangistas nos oponemos a la ruptura de la Unidad de España, venga por el motivo que venga, y procesaremos a todo aquel que en su hoja de ruta tenga estas intenciones.
El 27S, no sólo perderá Cataluña ante la imposición de Mas, también perderá España por la inacción de Rajoy. Tomamos nota.
