Pedro Sánchez escenificó ayer la rendición del “gobierno de la izquierda” al IBEX35. En una reunión pública a la que asistió el Gobierno en pleno (ministros de Podemos y del Partido Comunista incluidos), Sánchez se juramentó ante la élite económica española para que la reconstrucción tras la crisis provocada por la pandemia y el reparto de los fondos procedentes de la Unión Europea se hagan conforme a los intereses de las grandes empresas.
Pese al celo puesto por el propio Sánchez, por Pablo Iglesias y por Alberto Garzón en no aparecer en una foto de familia con los presidentes del Banco Santander, Telefónica, Iberdrola, ACS, BANKIA, BBVA, Acciona, CaixaBank, REPSOL o Ferrovial, lo cierto es que la reunión sirvió para dejar claro -por si había dudas- que, pese a la retórica pseudo revolucionaria de algunos de los partidos que conforman el gobierno de coalición, el régimen del 78 sigue siendo una plutocracia en la que los poderes económicos imponen su criterio al poder político.
Para darle vistosidad al encuentro, el Gobierno invitó también a representantes de algunas patronales y sindicatos, así como a algunos colectivos de autónomos. Su presencia allí no dejaba de ser anecdótica -tanto como la asistencia de Concha Velasco– puesto que era a los representantes del IBEX35 a quien se trataba de lanzar el mensaje de obediencia.
Da igual que el paro avance desenfrenado: da igual que miles de pequeñas empresas y negocios hayan tenido que cerrar o lo vayan a hacer próximamente; no importa que las colas del hambre se cronifiquen. El Gobierno está del lado de los bancos, las constructoras y las empresas energéticas, defendiendo sus intereses.
La izquierda con los banqueros, FEJONS con los españoles de a pie.
